sábado, 14 de diciembre de 2013

DECLARACIÓN DE LEGÍTIMA DESOBEDIENCIA

#DECLARACIÓN DE LEGÍTIMA DESOBEDIENCIA

Por la presente me declaro en rebeldía. En virtud del derecho a rebelión reconocido por los pueblos frente a gobernantes de origen ilegítimo y en virtud de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que en su preámbulo establece  esencial que los Derechos Humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión.
Considerando que el derecho a rebelión es aquel del que han manado todos los demás y considerando que el no ejercerlo va en contra del mantenimiento de todos los derechos innatos, me veo en la obligación de hacer uso de él. 
Considerando que cuando un Gobierno se hace destructor de los principios fundamentales tengo derecho a instruir un nuevo Gobierno que se funde en dichos principios.
Considerando que la ley natural le enseña a la gente que el pueblo está dotado de ciertos derechos inalienables y puede alterar o abolir un gobierno que destruya esos derechos.
Considerando que mis derechos innatos no tienen que ser reconocidos por ninguna persona o institución al encontrarse implícitos en mí por el hecho de ser humano.
Considerando que la paz social se ha visto quebrada incumpliendo el estado el contrato social contraído con los ciudadanos.
Considerando que hay opresión contra el cuerpo social a fin de limitar las libertades fundamentales.
Considerando que cuando el gobierno viola y atenta contra los derechos del pueblo, la insurrección es, para el pueblo y para cada porción del pueblo, el más sagrado de los derechos y el más indispensable de los deberes. 
Haciendo uso de mi voluntad y libertad individual y tras haber asumido las ventajas e inconvenientes de mis actos, me acojo a mi derecho a situarme fuera del actual sistema económico, político y social. Con esta mi postura, ceso de todo reconocimiento institucional al Gobierno de España, al poder judicial y a las leyes del Estado presentándome insumiso ante estas y sin que tengan ninguna potestad superior sobre mi persona. Así mismo dejo de reconocer la autoridad policial dependiente de los poderes del Estado, apelando en caso de detención al Tribunal de Derechos Humanos, único Tribunal que reconozco, para que me juzgue de haber cometido algún delito flagrante. Me reservo el derecho a que en cualquier momento pueda revocar mi decisión. 
En legítima desobediencia.



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