#ELLOS NO DISCUTEN
Implicarse en un proyecto solidario, como el que ha realizado
la asamblea de estudiantes, es aprender. Siempre hablamos de todo los problemas
que nos rodean, pero cometemos el error
pertinente que muchas veces denunciamos en la casta política, aislarnos en
nuestra realidad y solo centrarnos en nosotros mismos. Escuchar a la gente,
conocer la vida diaria de quienes peor lo pasan, sufrir y padecer con ellos,
compadecerse y además poder ayudar, es algo que produce mayor satisfacción que
cualquier lujo que uno pueda pagar. Esa lección del momento tiene un valor
moral y ético incalculable.
Me acordaba en cada
momento de las descripciones que Benito Pérez Galdón hace en su novela Misericordia con el cual encontraba múltiples semejanzas
pese a tratarse de un relato ambientado en la España de finales del siglo XIX <<…Se retira el ejército... Intrépidos
soldados de la miseria…Marchándose cada combatiente a su olivo con tarde paso…Por
de pronto, observémosle en su rudo luchar por la pícara existencia y en el
terrible campo de batalla, en el cual no hemos de encontrar charcos de sangre
ni militares despojos…>> Pero como él, me he dado cuenta de muchas cosas y he podido
reflexionar.
.jpg)
He reflexionado mucho para hablar de gente pobre, decir gente
pobre y no gente necesitada. Los malditos eufemismos que ocultan la verdad. Hay
gente pobre, pobre, sin nada, no es malo ser pobre, es malo que se consienta
esa situación de pobreza. Diciendo gente necesitada englobamos a muchos
perfiles y como bien señalaba Galdós, no son todos los pobres lo mismo. Aquí
hay algo más que gente necesitada de algo, aquí hay gente en situación extrema
de exclusión social y de pobreza. No podemos utilizar el lenguaje que alivia el
subconsciente de todos.
Quiero romper una lanza por la unidad. Me he llevado una
sorpresa a estas alturas del milenio. Voy a enumerar algunas actuaciones y
sacad conclusiones. Primero, numerosas personas han acudido al reparto avisadas
por las asistentas sociales, totalmente dependientes de los servicios sociales
y por ende del Ayuntamiento de Logroño. Familias nacidas aquí en La Rioja, han
acudido a la Asociación Gitana y se les ha negado libros de texto donados por
no ser de etnia gitana. Tercero, muchas de las personas que acuden se llevan
material escolar y mochilas sin pasar a apuntarse, siendo gratis.
No critico, tengo dilemas en cada tema que me planteo y hago
un debate en mi mente para intentar acertar en la conclusión, pero en ocasiones
es totalmente imposible.
Solo para terminar algo breve. Quieren que luchemos entre
nosotros, que nos separemos, quieren aumentar la competitividad entre las
personas, les interesa que nos pisemos unos a otros para alcanzar los objetivos
que siempre dependen de ellos. No podemos sucumbir a este truco perfilado de la
España más cavernícola. Mientras colaboremos entre nosotros podremos no
depender de ellos. Pero si lo que hacemos es estar entre nosotros en una
continua lucha interna por las migajas de pan que se les caen a los que están
cenando arriba de lujo, solo consiguen distraernos para que no nos demos cuenta
de donde está ralamente el enemigo. La hostilidad entre la gente humilde no
conlleva nada más que a la omisión del problema real, mucho más radical que el
del acto solidario o que el de aprender a pescar y no dar peces. Al fin y al
cabo no son más que aquellos mantenidos en el poder los que perpetúan la
miseria de aquellos que luchan por escalar en una vida de mierda, ellos no discuten.